ORIGEN DE LA FIESTA EN HONOR DE NUESTRA
SEÑORA LA VIRGEN DE LA MERCED
ISLA DE MAIPO
Cuenta la historia que antiguamente existían múltiples crecidas del río Maipo en distintos años, de hecho, se habían iniciado obras de contención para proteger al pueblo del río, sin embargo, la que ocurrió en 1899, fue particularmente violenta y fuerte, amenazando con inundar el pueblo entero. Las inundaciones habían arrastrado casas y personas sumiendo a la población en la desesperación y el miedo. En ese contexto uno de los puntos más altos era el emplazamiento de la Iglesia Parroquial, allí fueron los desesperados habitantes del pueblo, a buscar el refugio.
El fervor los movió a buscar ante la imagen de la Virgen de la Merced, (que ya se veneraba en este lugar desde 1818 aproximadamente), la protección y ayuda de la Virgen para detener la crecida del río. Surgió la idea de hacerle una promesa: celebrar anualmente, el 24 de septiembre, una fiesta en su honor, convirtiéndola en la más hermosa de toda la región.
El fervor los movió a buscar ante la imagen de la Virgen de la Merced, (que ya se veneraba en este lugar desde 1818 aproximadamente), la protección y ayuda de la Virgen para detener la crecida del río. Surgió la idea de hacerle una promesa: celebrar anualmente, el 24 de septiembre, una fiesta en su honor, convirtiéndola en la más hermosa de toda la región.
En medio de este compromiso colectivo, un grupo de huasos, tomaron la imagen de la Virgen y la llevaron hacia La Puntilla de Lonquén, por ser el lugar dónde con más fuerza se estaba desbordando el rio. Llegaron con éxito y, arrodillados ante la Virgen, pidieron que no permitiera que el agua arrasara este querido pueblo.
Al amanecer, se dirigieron nuevamente a La Puntilla de Lonquén y, para su asombro y gratitud, descubrieron que las aguas habían vuelto a su curso normal deteniéndose la inundación, alejándose el peligro de sus tierras.
La imagen de la Virgen fue llevada en andas por los hombros de los valientes campesinos, que la alzaron con orgullo para que pudiera contemplar la obra de protección que había realizado. Juraron cumplir la promesa que habían hecho en medio de la angustia, asegurando que cada año, mientras existiera Isla de Maipo, celebrarían la Fiesta en honor a la Virgen de la Merced.
Así, desde aquel día, el domingo siguiente al 24 de septiembre, la Imagen de Nuestra Señora de la Merced es llevada en procesión, a pulso jamás en vehículo, por las calles de Isla de Maipo, acompañada por los bailantes Chinos y seguida por toda la comunidad, en una muestra de fe, devoción y gratitud por su protección y cuidado a lo largo de todos estos años.